jueves, 10 de enero de 2013

La avaricia rompe el saco.


El año 2012 acabó, y aunque los Mayas se equivocaron, para millones de personas de este país su mundo si se ha acabado, gente que esta en la calle, sin ayudas, sin absolutamente nada, millones de casas vacías, bajo el poder del Estado. ¿La gente sin casa y casas deshabitadas? ¿Estado de bienestar?¿dónde?, políticos que mienten más que hablan, que prometen y prometen únicamente para ganar votos, ¿estamos drogados o realmente somos tan ignorantes que no nos damos cuenta que nos la meten doblada?.

Esos políticos que no tienen corazón, que sólo les importa ganar y cumplir unas leyes estúpidas que no tienen ni pies ni cabeza, por dejar familias enteras en la calle, sin nada, padres sin trabajo, sin ayudas, niños a los que ellos les han arrebatado el derecho a la educación, a una casa digna, niños que son arrancados de su familia por no poder mantenerles, familia que les han querido, vosotros, queridos políticos son los que estáis haciendo de este país una montaña de mierda.

¿Pero todas estas cosas a quienes les importa? ¿A los ricos que miran al resto desde su nube de bienestar?, no creo, nos importa a la gente de a pie, gente que ve la realidad, que mientras ellos gastan su dinero en llenar a sus queridos hijos de portátiles, móviles de última generación que no saben utilizar o unas botas de agua que pagarían las facturas de una casa, el resto intenta ayudar en casa, romperse los cuernos a estudiar para poder sacarse un futuro, futuro que cada vez esta mas negro.

Diréis que no todos los adinerados y políticos son así, y por supuesto que es verdad, que hay gente buena, que ayuda a los demás y que no son corruptos, pero yo hablo de ese porcentaje de desgraciados que no hacen mas que tomarnos el pelo una y otra vez mientras ellos llenan sus caros bolsillos.


Dicen que la avaricia rompe el saco, espero que eso sea cierto y les explote toda la mierda en su cara.

1 comentario:

  1. Tal y como están las cosas, parece que esta situación va a seguir así por un tiempo. Por desgracia para nosotros y para alegría de esos canallas

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