sábado, 23 de mayo de 2020

¿Todo saldrá bien?

Siempre lo he dicho, y me vuelvo a reiterar. “Quien no conoce su historia, está condenado a repetirla”. Sólo me viene esa frase a la cabeza cuando leo “fascistas” “rojos de mierda”... y me vienen a la cabeza las manifestaciones del los “indignados” que ahora son “los pijos”. Cuando veo a aquellos que gritaban “perro flautas” y ahora son ellos quien están indignados. Cuando oigo “cayetanos, fachas” y eran ellos quienes se manifestaban frente al gobierno en otro momento, cuando gobernaba el contrario. 
Qué triste, que pena y que horror, es en ese momento en el que me avergüenzo de este país, de su gente, algo curioso ya que poco me pasa, normalmente me avergüenzo de sus políticos, pero no de sus ciudadanos. Y me avergüenza la ignorancia y la falta de educación. ¿Por qué no podemos respetarnos? ¿Y la empatía? No hablo de posiciones políticas, hablo de humanos, seres racionales, en general. 
Si opino al contrario de otra persona, ¿por qué tengo que insultarla? ¿Será que me faltan argumentos? ¿Será que mi capacidad para discernir se ve opacada por un color partidista? 
No caigamos en el absurdo, en el insulto “fácil”. 
A mi me resulta igual de ridículo que cuando los aficionados de un equipo de fútbol se pegan contra los del contrario. ¿A que es estúpido? Ellos luego van a salir de fiesta juntos, trabajan juntos, van a bodas, bautizos y comuniones juntos. Mientras tú tienes un ojo morado, o has roto la relación con un ser querido, ¿para qué? 
Hace no tanto saliamos a aplaudir a la ventana, todos, unidos, ahora te encuentras con tu vecino en una manifestación y comienzas a increparlo. ¿Qué ha ocurrido? 
¿somos unos contra otros? ¿O todos a una?
¿saldremos de esta? ¿Todo saldrá bien? 

Suerte. 

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